lunes, 24 de marzo de 2008

EL TÚ Y EL USTED


EL TÚ Y EL USTED


Recuerdo en cierta ocasión una conversación en la que estaban implicados tres personas, uno hablaba de usted a un tertuliano, un tercero tuteaba a los dos, para lo cual el que de tú hablaba, comentó: me siento violento porque te tratan de usted, tu nos hablas de tú a los dos y yo igual. El tratado de usted dijo que a él siempre le llamaban de usted por ser sacerdote, pero me quedé muy pensativo al oír al que tuteaba un sentimiento que me hizo reflexionar:
Me parece muy bien, pero al no ver distintivo alguno y siendo de la misma edad, tengo que decirte además, que yo a tu Jefe le hablo de tú...
Ni tanto ni tan calvo como dice el refrán. El hablar de usted es un formulario de civismo y de cortesía y hoy parece ser que él usted está desprestigiado.
Hoy existe la recuperación del usted; durante muchos años el tuteo era un privilegio de ciertas clases profesionales que trataban (según dicen para familiarizarse con sus pacientes o clientes) un trato en el que una señora de cierta edad acudía a una consulta y el médico de turno le decía: ¿Qué té pasa niña? Mire usted doctor me duele... (la dolencia que padeciera). Hoy el cambio de tornas es bien distinto, la paciente llega y exclama: “Oye tío que me duele...” Muy bien siéntese señora. La auxiliar de enfermería, ¿Cómo has pasado la noche abuelo? Y algún hijo consternado le comentó: Señorita no sabía que usted era de mi familia. ¿Qué ha pasado?.
Casos como este ocurren en cada momento, el camarero (te pongo una cañita), la cajera del supermercado (tienes el D.N.I. para la tarjeta, mi alma) o muchos profesionales con carrera, bancarios, telefonistas, alumnos etc., dónde el tú y el usted son sólo dos pronombres que se estudiaban en el colegio pero que tienen una vital importancia en la conversación, concretamente en el trato social.
“Antiguamente” se decía que el mayor de todos era quién autorizaba el rebaje o el “hablar de mira”(como se dice en ciertas zonas). No quiero decir con esto que nadie sea superior a otro en cuanto a persona, para mí todos somos iguales sin distinción alguna, pero la sociedad, sí impone las normas para todos. Al Rey le llamamos Majestad, al Papa Santidad, al Juez le llamamos Señoría y así cada uno en el sitio que le corresponde y va implícito él usted y no lo dudamos. También existe la formalidad de hablar de usted a los padres y no por eso dejamos de quererlos. Es famoso el usted reverencial que existen en los compadres.
La igualdad no está reñida con la buena educación y el respeto, él usted deberíamos emplearlo entre jóvenes y adultos, hoy parece ser que sólo lo utilizamos a ojo de buen cubero, cuando nos sale, aunque la edad nada tiene que ver con el tuteo ni con él usted. Pienso que esto está trayendo problemas sociales. El alumno por su falta de experiencia y al hablar de tú al profesor, piensa que es un “amiguete” más y de ahí que se interprete cómo más confianza y algunas veces conlleve a serios problemas problemas. Él usted establece cierta distancia, la justa para saber en el lado que estamos, también nos lleva a la admiración de ciertas personas.
En la programación de televisión se usa por encima de todo él tú, ya sean políticos ¿Cómo te va ministro?. ¿Alcalde, me podrías decir... ?
Tampoco salvo a los políticos, que en ruedas de prensa todo el mundo se dirigen a ellos con respeto y ellos contestan con prepotencia tratando a todo el mundo de tú.
Hoy, el pronombre se ha traspapelado en bastante tamaño su consideración particular. El tuteo lo deberíamos emplear, al menos al principio, entre personas conocidas, familiares, amigos.
No existe barrera por hablar de usted a una persona si hablas empleando tú, es por que te diriges a alguno con amistad, y él usted es manejado para dirigirse a personas que se benefician una consideración protocolaria. No es un comportamiento educado tutear "de forma directa" a una persona que no conocemos.
Internet ha tenido mucha determinación eso ha originado el exceso persistente del tutearse y los términos usados a la hora de tratarse en la red, ya sea a tiempo real (mensajería instantánea, chats, foros,...) ya sea en la forma de redactar los mensajes electrónicos. Tutear no representa ser más innovador o ser más sincero, sino una enorme falta de formación e incluso de respeto, por otra persona.