lunes, 18 de junio de 2007

DE TOROS Y TOREROS Y OTROS POEMAS

Como no puede, ni tampoco debe, ser nunca de otra manera, mis primeras palabras son, de agradecimiento sincero y profundo a la persona que tengo el honor de presentar, a mi hermano y amigo Juan Carlos Morales Rodríguez.
No pretendo que se tomen mis palabras en esta disertación que están recogidas en el prólogo, como apologías del corazón engreído de un hermano menor, sino como una valoración ecuánime del mérito poético de Juan Carlos Morales Rodríguez Es el juicio que un escritor, formula sobre una de las obras de un escritor clásico.
La palabra comenzó siendo música... sonidos orales, guturales... Sonidos al, fin y al cabo. Con el correr del tiempo se afianzó y estructuró la lengua. Siendo siempre, desde su inicios, el pilar creador, constructor, innovador y fundamental del lenguaje, la poesía.
De hecho la poesía tenía en ocasiones un sentido pragmático puesto que se utilizaba la rima para retener mejor en la memoria una serie de mensajes, desde códigos de Derecho hasta las reglas del dominó. Pero la poesía era música hablada, poseía un ritmo, una musicalidad, una entonación, una métrica. Estoy hablando de las construcciones poéticas clásicas, dónde incluyo a Juan Carlos Morales. Donde, en su obra nítida esparce explícitamente, de una manera sencilla y fácil, esta percepción, la naturaleza musical de la poesía, sus orígenes y su inextricable esencia.
No merecería ningún mérito, para un amante de la cultura de no ser así. El tiene muy claro esto último. Esta afirmación me hace ser muy consciente del orgullo de presentar a una persona como él.
Aunque estoy encantado de estar aquí, nadie me ha hecho ninguna indicación sobre lo que debía de escribir o no. Me siento muy cómodo en todos los sentidos, al menos conscientemente no quiero perder jamás el respeto por la idiosincrasia de todos y cada uno de los asistentes, ni es mi deseo el haceros perder el tiempo con mis palabras.
Los poemas que escribe Juan Carlos Morales ejemplifican con precisión lo que estoy diciendo huyendo siempre del piropo exaltado y gratuito que tanto suele darse en estos casos, consiguiendo de esta manera los mejores logros y virtudes de cada poema.
Todo esto lo descubrí en mi hermano; era y es poeta desde hace ya mucho tiempo. En este libro DE TOROS Y TOREROS Y OTROS POEMAS, hay algunos poemas, que cuando se leen, nos transporta a ese tendido, lleno de bullicio que encierra la fiesta de los toros y a vivir con claridad su entorno. El denominador común son el toro y el torero. Para los que amamos este mundo, tiene un verdadero significado.
Al abrirse el portón de los chiqueros
Un clamor se levanta entre las gradas
Y un enemigo-amigo del torero

Sale al centro bajo la mirada
De aquel que empuñando ya el acero
Comienza una faena muy soñada.
Esta riqueza de conocimientos le da al libro el aura de lo que encierra la tauromaquia. Su sorprendente percepción en cada momento nos hace ver todas las circunstancias esenciales.
Ya esta abierta la puerta de los toriles,
Y por ella asoma, negro, encastado,
Ese toro hermoso de cuatro abriles
Con divisa: rojo, negro y morado.

Obviamente no es un libro (en cuanto a poemas taurinos) de vivencias ya que son vidas de otros. Vidas en las cuales Juan Carlos a su manera desarrolla claramente el momento álgido o no de sus vidas, casi siempre con la delicada maestría de hacer sonetos ya que son vidas compendiadas en catorce versos dónde se representa el fenómeno en sí y otra la parte humana de cada torero. Así lo podemos comprobar en este espléndido soneto titulado Bajo el ardiente sol.


Ya sale el alguacil, hace el despejo
Tras él dará comienzo la corrida.
El Presidente ha dado la salida
Un picador se ajusta el barboquejo.

Preparadas están ya las cuadrillas
Y orgullosas pasean por el albero
Al son de un pasodoble muy torero
En tarde de calor y de mantillas.

Cartel de lujo hay en esta plaza
Y la afición le dio buena acogida
El exponente fuerte de una raza

Toreros con desprecio de su vida
Bajo el ardiente sol que los abrasa
Dando el paso adelante en la embestida.

Hoy en esta colección ampliada de temas taurinos, descubro cada vez más su afición y su amplio léxico de términos exclusivos taurómacos. Es de admirar el esfuerzo hecho por Juan Carlos en conservar una integra ecuanimidad crítica. Prescinde en todo momento al estimar el mérito intrínsico de cada lidiador o cada suerte, se centra en exteriorizarlas y solo detallar las funciones del momento, la destreza que los maestros muestran hacia ellas. Así que el lector aficionado justiprecie los valores técnicos o artísticos exponiendo claramente que no existe partidismo.







En el grupo OTROS POEMAS, viene a confirmar la impresión de un poeta dotado de unos impresionantes recursos verbales. Le ayudan a explorar con seguridad una serie de experiencias. Estos poemas de temática diversa, no agotan en modo alguno las posibilidades de ver en un poeta su prístina intimidad.

Una prueba de ello es el grupo de poemas REFLEXIONES DE MI ALMA. Sus formas métricas tradicionales... el soneto, el cuarteto octosilábico. Ninguno de ellos da la impresión de ser un mero ejercicio poético, el poeta saca del interior su mejor yo:

No se puede asumir tanto dolor
Si no es bajo la fuerza de la fe
Que humildemente siempre demandé
Y que es el gran regalo del Señor.
Llama la atención la independencia y la concentración en cada uno de sus poemas. Son oraciones que bien nos podemos aplicar cada uno en nuestra vida cotidiana.
Sale el sol para todos cada día
Eleva al cielo amigo tu mirada
Y reza al despertar cada mañana
Pidiendo a Dios la paz y la alegría.

Da gracias por la suerte que has tenido
Por todo cuanto ahora te rodea.
Pide que la desgracia no te vea,
Pide que el dolor no esté contigo.

Que en el mundo gobierne la cordura,
Que haya amor entre todos los humanos,
Y que admirando de esta tierra su hermosura

Los hombres se comporten como hermanos
Teniendo cada día ideas más puras,
Abriendo el corazón al dar la mano.

Su preocupación por la memoria, el tiempo y la identidad es vital. Las variaciones sobre un mismo tema implican una memoria desbordada, como ocurre en SUS POEMAS DE NAVIDAD. En estilo popular que no populista.
Me consta que año tras año, y haciéndolo a la antigua usanza, Juan Carlos, entrega poema en mano, en concepto de felicitación, a amigos y conocidos. De hecho se ha convertido en tradición por parte de muchos cuando se acercan estas fechas (algún desconocido ha querido darle un aguinaldo):
Al llegar la Navidad
Me pregunto yo a menudo
A quien le voy yo a enviar
Este año mis saludos.
Lo hago por afinidad
Con mis seres más queridos
De familia o amistad,
Y también a mis vecinos.
Soy sincero al escribir
Una sencilla postal,
En ella voy a decir:
“ Os deseo felicidad”
Y sin grandes pretensiones
Hoy yo le pido al buen Dios
Que esté en vuestros corazones
Y que os de su bendición.
Los poemas en sí mismos nos dan testimonio de su aplomo y un aire fresco de autonomía que se impone al lector desde el primer momento. Por otro lado, si cada poema lleva un título, éste, más que el anuncio de un tema previamente escogido, es un modo de indicar el campo de significación en el cual el poema intenta establecerse.
Hechas estas consideraciones, el lector estará listo para deleitarse a plenitud con el repertorio DE TOROS Y TOREROS Y OTROS POEMAS, considerándola en su neutral valor. Espero que les complazcan tanto como a mí. Muchas gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi mas cordial enhorabuena por el exito de tu nuevo libro. Un saludo