sábado, 4 de agosto de 2007

A JOSÉ LUIS SÁNCHEZ FERNÁNDEZ


Mis primeras palabras son, de tristeza sincera por el fallecimiento de José Luis Sánchez Fernández. Muy especialmente quiero empezar por dejar constancia de mi "multidimensional deuda" con él. Todo está ya dicho y escrito, pero a pesar de todo, la amenidad y brillantez que José Luis tenía hablando, no la podré olvidar fácilmente.
Eso me obliga a una introspección a hacer público el agradecimiento eterno. Cuando hace muchos años conocí a José Luis Sánchez Fernández a través de la poesía ya que él estaba recitando y como le dijo Miguel Hernández a Juan Ramón Jiménez, “no tengo la culpa de que por mis venas circule esa chispa de la lírica”. De ahí llegamos a otra faceta interesante ¡la amistad!.
. Siempre me honré, y mucho, con su amistad. Y debo decir que no sólo agradezco a mis profesores lo que sé. En honor a la verdad, me obligo a revelar que también aprendí mucho de la enciclopedia viviente que era José Luis Sánchez Fernández, tal vez por que existía una relación de amistad en la que día a día debatíamos temas culturales y justo es conocer el reconocimiento incluso de lo que no se sabe..
No merecería ningún mérito a un amante de la cultura que no tenga muy claro esto último, porque, nos guste o no, “el solo sé que no sé nada”, era patente cuando pasabas horas hablando al lado de José Luis.
Por ello, precisamente por eso, creo que en mi opinión, que para analizar a José Luis y encontrar soluciones pragmáticas en su río de la vida, como dijo el filósofo Heraclito, “nadie puede bañarse dos veces”. Tuve el placer de sumergirme en sus conocimientos indudables.
Hay que hablar de José Luis recitando. Los poemas que escogía, ejemplificaban con precisión lo que estoy diciendo. En ellos prolongaba sus dotes de declamador, cuidando al máximo los contenidos de los mismos, enriqueciéndolos al expresar sus sentimientos y huyendo siempre del piropo exaltado y gratuito que tanto suele darse en estos casos. Por eso sus actos siempre tenían auténtico rigor y fidelidad a los textos, como se daba en Manuel Dicenta, consiguiendo de esta manera los mejores afanes y virtudes de cada poema. Con lágrimas y mucha pena te digo adiós querido amigo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tambien, José Luis, te mando mi abrazo, te recordaré siempre...

Lour dijo...

Alvaro, un beso muy fuerte, por tí llegué a conocerlo y me embelesaron sus palabras. Descansa en paz José Luis.

Anónimo dijo...

Conocí a José Luis a través de mi hermano Alvaro, y en un momento nos escribió dos poemitas preciosos a mi hija y a mí.
Gracias José Luis, y... desde allá, cuida a los que te querían.
Gloria

Anónimo dijo...

Jose Luis, siempre te recordare, y seguiré secando esas lágrimas que tantas veces derramaste cuando con tanto cariño nos recitabas esos poemas, que solo tu eras capaz de interpretar.
Descansa en paz

Anónimo dijo...

Yo también quiero dejar mi testimonio ya que tuve la suerte de ser su amiga, durante muchos años. Siempre te llevare en mi recuerdos. Fuensanta

Anónimo dijo...

Aún me cuesta asimilar la pérdida de José Luís, "el gran rapsoda" y mejor amigo...Pero, Alvaro, tú tendrás siempre el privilegio de llevarlo prendido al eco de tus poemas. Yo lo recordaré toda la vida.

Anónimo dijo...

Cuando se van los amigos
que no volverás a ver,
comprenderás lo que vale
un buen amigo de ayer.

Te lo dedicó ya que tu hiciste miles de coplillas. Desde el cielo

Anónimo dijo...

Nunca tuvimos ocasión de tratarnos con la intimidad que se atribuye a los amigos. Realmente, mientras vivió, nunca pensé en él como en un amigo. Pero cuando al recordarlo siento este ahogo en la garganta, pienso que probablemente se necesita muy poco para que la amistad tenga lugar. Que como toda clase de amor es también la amistad un acontecimiento inesperado, incontrolable y mas extenso que nuestra propia conciencia.
Un fuerte abrazo, José Luis.