viernes, 6 de abril de 2007

VIOLONCELLO


Dedicado al gran músico Francisco Arjona

Un violoncello sin par, iluminado
Tu lo abrazas con furia hasta el placer
Con su cuerpo quizá te has desposado
Desde la noche hasta el amanecer.

Con el relámpago de su arco inquieto
Vuela entre la madera enamorada
Y resuena en el teatro su secreto
Para mostrarlo al mundo en la alborada.


Sabrá Casals por qué tanta ternura
Volcada en un mágico momento
Del pentagrama sutil hasta tu alma.


Se emparentó con la genial locura
Que el poeta usó como alimento
Del espíritu que nos da la calma.

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