miércoles, 28 de marzo de 2007

LA ELEGANCIA SOCIAL DEL REGALO


Hoy día, el regalo es una imposición de nuestra sociedad que consideramos necesario en cada una de las distintas facetas que vivimos. Se regala al padre, a la madre, a los enamorados, enlaces nupciales, aniversarios, al colegial, al santo, al cumpleaños, en navidad y el día de reyes y por supuesto el regalo libre que hacemos cuando se nos viene en ganas. Pero en esto existen claras diferencias en cuanto a la forma de ser de las personas, pues nos diferenciamos claramente unos de otros en la manera de hacerlos aparte de los ritos necesarios como borrar el precio porque se considera mal gusto aunque algunos borran el último número, y el envolver en el preciado "papel de regalo" que parece que enaltece la dignidad de este. Están los "Autorregaladores", son los "mira lo que te he comprado(pensando) para mí", y aprovechan estas fechas para comprarse lo que ellos desean, un maletín de herramientas, o un taladrador o el mejor tren eléctrico a su hijo de dos meses y es su mujer la que dirá y porque no me ha regalado un viaje al Caribe. Los "De todo para el hogar", que siempre se dejan caer, con toallas, cuadros, mantas etc., y no piensan que las mujeres en algunos casos son "reinas del hogar" pero que son personas con gustos propios que van más allá de los electrodomésticos. "Los miserables", sabemos perfectamente quienes son y hasta confunden los regalos que iban destinados a "otras" pues sus secretarias omitieron los destinos. Hay quién piensa "¿Regalo? ¿Qué es eso?, son los que nunca recuerdan la fecha de un santo o un aniversario y lo arreglan con un beso, porque el amor "no se mide con dinero" pero con una salvedad no te olvides nunca de la fecha de su cumpleaños que eso si es nuestra obligación. Están los que siempre van en "Sacrosanta misión", en esto algunos confunden el regalo con un mandato; el militante del partido que sea, intentara darnos libros y hasta camisetas alusivas con el color de su ideología política y si es místico, con libros de Sai Baba y cassettes con cantos de ballenas o la meditación trascendental que le ha servido a él para triunfar en su trabajo. Podríamos llamar a los siguientes "los cobradores", estos suelen hacer buenos regalos, pero exigen que se les paguen con la misma moneda, ni un céntimo de menos y casi siempre llevan a su mujer de escaparate para sus amigos, con la archisabida frase "enséñale a tu amiga lo que te he regalado" para observar de cerca la cara de expectación ante tan admirable joya. Los que tienen "mal gusto" son un verdadero problema, estos no tienen ni la más remota idea a la hora de comprar un regalo, lo mismo les da un mantel fosforescente o un Bambi de escayola tamaño natural para el salón sin tener en cuenta las medidas de este y el aguante que deben tener los que soporten tal dádiva. Los "perfectos", son el sueño dorado de todos los que reciben el obsequio, estos son muy difíciles de encontrar, tanto como el monstruo del Lago Ness, siempre con la frase típica, "dime dónde está ese regalo que no tienes y recorreré el mundo para buscarlo" y si no lo encuentra es capaz de entregar su tarjeta de crédito "oro". Los "seguros" son los que no se complican demasiado en variar sus gustos, pues siempre regalan una corbata (no muy acertada muchas veces) o el cartón de tabaco que aunque fumes negro, tienes que estar fumando rubio u ofreciendo porque no te gusta esa marca. Y para terminar se me viene a la cabeza el señor que compró un sello en el estanco y se empeñaba en que el vendedor le borrara el precio porque era para un regalo.

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